EL PINTOR DE LOS ROBLES

“Sólo hace falta que llegue la tarde y junto con ella una malta para
refrescar el calor y la mente”, dijo Henry Olivares.
Unas hojas, lápiz, creyones e imaginación son las herramientas utilizadas por Olivares para realizar sus brillantes dibujos.
Desde los cuatro años el niño agarraba los marcadores, creyones, lápices o lo que estuviese a su paso, para hacer rayas o garabatos. A pesar de su edad, siempre le salían muy bien. “Recuerdo que una vez cantando le dije”…”Una caja de creyones hijo te voy a comprar, para que puedas pintar paisajes de mil colores, tendrás que borrar la guerra, tendrás que pintar la risa, dibujando una sonrisa en los niños de mi tierra”, argumentó Nereida Hernández, abuela y madre de crianza.
Su maestra de primer grado descubrió en él sus habilidades y destrezas. Comentaba que sería bueno inscribirlo en algún curso de pintura.
A los diez años ingresó al taller integral de arte infantil, donde aprendió muchas técnicas para realizar sus dibujos. En su colegio hace muchas funciones…estudia, pinta y como pan caliente, vende sus famosas creaciones y mezclas de colores.
“Siempre me ha gustado pintar, para mi es como si disfrutara el mejor helado”, explicó Olivares. “Mis compañeros me llevan caricaturas y me piden que se las dibuje”.
Su maestra, Gleny Parra explicó que Olivares es el más destacado de su grupo, no sólo como dibujante sino como buen estudiante. Su promedio siempre ha sido “A”. “El niño transmite muchas energías positivas”, recalcó.
Unas hojas, lápiz, creyones e imaginación son las herramientas utilizadas por Olivares para realizar sus brillantes dibujos.
Desde los cuatro años el niño agarraba los marcadores, creyones, lápices o lo que estuviese a su paso, para hacer rayas o garabatos. A pesar de su edad, siempre le salían muy bien. “Recuerdo que una vez cantando le dije”…”Una caja de creyones hijo te voy a comprar, para que puedas pintar paisajes de mil colores, tendrás que borrar la guerra, tendrás que pintar la risa, dibujando una sonrisa en los niños de mi tierra”, argumentó Nereida Hernández, abuela y madre de crianza.
Su maestra de primer grado descubrió en él sus habilidades y destrezas. Comentaba que sería bueno inscribirlo en algún curso de pintura.
A los diez años ingresó al taller integral de arte infantil, donde aprendió muchas técnicas para realizar sus dibujos. En su colegio hace muchas funciones…estudia, pinta y como pan caliente, vende sus famosas creaciones y mezclas de colores.
“Siempre me ha gustado pintar, para mi es como si disfrutara el mejor helado”, explicó Olivares. “Mis compañeros me llevan caricaturas y me piden que se las dibuje”.
Su maestra, Gleny Parra explicó que Olivares es el más destacado de su grupo, no sólo como dibujante sino como buen estudiante. Su promedio siempre ha sido “A”. “El niño transmite muchas energías positivas”, recalcó.
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